Cristiano Ronaldo: No lo llamen egoísmo, llámenlo espíritu de superación
La anécdota, porque no daba para más, ocurrió el pasado miércoles. El Real Madrid vencía al Córdoba 2-0 y transcurría el minuto 85. Chicharito Hernández asistía con precisión al área y cuando Cristiano Ronaldo estaba a punto de estrenar su cuenta goleadora en el choque, apareció Álvaro Arbeloa como una gacela para asegurar la victoria y mantener la presión sobre el Barcelona en la lucha por la Liga.
La reacción natural del astro portugués tras el 3-0 fue expresar su frustración por no marcar -en un partido ya resuelto - pateando el balón. Los críticos del luso, que son legión y siempre están alerta, no tardaron en afilar los puñales y las plumas. "Es un tipo egoísta, solo piensa en sus goles, no le importa lo que haga su equipo". La misma historia de siempre.
El absurdo debate duró cuatro largos días. Los que separan el gesto narrado sobre estas líneas del hat trick de Cristiano en Sevilla (2-3, rompiendo una racha de los de Unai Emery de 14 meses sin perder en casa). Ni siquiera las palabras de Álvaro Arbeloa tras su gol del miércoles apagaron el incendio, " A mí no me ha molestado y si no me molesta a mí, no le tiene que molestar a nadie. Lo entiendo como actitud ambiciosa de Cristiano por marcar goles, él quiere ganar el partido y terminar como máximo goleador de la liga. Está luchando contra Leo Messi - acumula 42 goles por 40 del argentino- le queremos ayudar, su ambición es lo que le convierte en número uno y estamos encantados de que así sea".
Arbeloa, un tipo inteligente y agradecido, dio en el clavo. El mejor arma del club blanco, muy por encima de la casta de Sergio Ramos, del talento de Karim Benzema y de las galopadas de Gareth Bale es la capacidad sobrehumana de Cristiano por ser mejor cada entrenamiento, cada partido, cada temporada. La historia del Real Madrid está repleta de cracks mundiales. Algunos de los mejores. Pero les prometo que no recuerdo un solo futbolista con semejante capacidad de superación, con un hambre tan voraz.
'Barcelona y Real Madrid pelean en estos instantes por la liga y solo unos puntos les separan. Pero en lo referido a fair play y señorío, la distancia es simplemente sideral.'
Oier habla de la gran diferencia que separa al RM y al Barça. Leelo aquí.
El ex futbolista del Manchester se ha convertido esta temporada en el primer jugador de la historia en marcar treinta o más goles durante cinco temporadas seguidas en España. Ha disputado 295 partidos con la camiseta blanca y ha marcado 305 goles. No es un error. 295 partidos. 305 goles. Es obsceno, de otro mundo, son los números del balón de oro en las dos últimas campañas, de uno de los mayores talentos de la historia de este deporte... Pero ni con esas.
Lo que más me llama la atención de estos debates absurdos e interesados, de estas críticas fieras que surgen tras el gesto más nimio, es que no siempre llegan desde Barcelona. Ni desde España. A veces pienso que es una cuestión de marketing personal.
Desde el nacimiento de la rivalidad entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo, que nos ha deparado dos de las carreras más asombrosas del fútbol, se ha planteado la pugna como una película sin matices. El buen hijo contra la oveja negra. El atleta modélico contra el ejemplo a evitar para los niños. Blanco contra negro. El bien contra el mal.
He leído varias entrevistas a Maurizio Pochettino, Álvaro Arbeloa o Xabi Alonso y coincido con ellos cuando niegan la obligación de un futbolista de ser un ejemplo para la sociedad. A los niños se les educa en sus hogares primero y en sus centros escolares después, pero incluso aceptando opiniones contrarias a esta idea... ¿De verdad el portugúes es tan malvado? ¿No envía, precisamente, el mismo mensaje que atletas como Rafa Nadal a sus admiradores? "Trabaja, trabaja, trabaja, lo difícil no es llegar, sino mantenerse. La mejor forma de cambiar tu equipo, tu barrio o el mundo empieza por mejorar uno mismo", etc... Por decir algo, insisto en que para mí el fútbol es deporte, no escuela de vida.
Cara a cara: Juve y Real Madrid
Partidos: 17
Victorias del Juve: 8
Victorias del RM: 8
Empates: 1
Seguro que el portugués se ha equivocado muchas veces, él ha sido el primero en admitirlo cuando el error era evidente, pero como decía ¿de dónde nace la necesidad de juzgarle por sus vida privada o sus gestos en vez de por su profesionalidad? Sólo entiendo y acepto feroces críticas a la vida de un futbolista por su falta de dedicación o si incumple la ley, por ejemplo, evadiendo impuestos. Y en cualquier caso, no por su condición de futbolista, sino por su condición de ciudadano.
Por eso decía que en ocasiones creo que toda este debate interesado es una cuestión de marketing, que lleva a absurdos como una atronadora ovación a Leo Messi en su entrada a los juzgados -presuntamente por desviar impuestos a paraísos fiscales según las últimas informaciones- y una demonización mediática y no mediática del 7 del Real Madrid por, qué sé yo, aplaudir irónicamente o expresar frustración por no conseguir un objetivo individual.
Y a este último respecto, y volviendo al tema, quien considere que Cristiano antepone el éxito propio al del club que le paga, solo debe analizar la jugada del gol de Javier Chicharito Hernández en la vuelta de los cuartos de final ante el Atlético de Madrid. En una posición franca para anotar, el luso, como es lógico, prefirió asegurar el avance a semifinales cediendo la gloria al mexicano. En cualquier caso, una circunstancia normal, no creo que elegir la opción lógica sea ni siquiera elogiable.
Las palabras de Arbeloa el pasado miércoles encerraban la esencia de lo que supone Cristiano para el Real Madrid. Lo llaman individualismo, pero es una capacidad sobrehumana de golear, de asistir, de ganar y de mejorar cada semana. El barco del Real Madrid avanza a ritmo vertiginoso gracias al luso, de la misma forma que el Barcelona marcha viento en popa a través de las frecuentes genialidades de Messi. No hay más historia aunque se empeñen, los debates absurdos solo empeñan trayectorias de leyenda.
Lo triste es que cuando Cristiano se retire, sus números perdurarán, sí, pero también una imagen oscura de uno de los mejores atletas de todos los tiempos por los métodos y actitudes que, lejos de alejarle del olimpo, le han llevado a lo más alto del fútbol mundial.
A sus 30 años, ni la mejor compañía de marketing personal va a revertir de la situación. Tendremos más polémicas en esta línea, pero yo prefiero sentarme y disfrutar. Tardaremos años, quizás décadas, en ver un futbolista como él o como Messi destrozando récords cada semana.
Oier Fano es un periodista deportivo de IBTimes UK, especializado en La Liga y La Champions. Contacta con él vía Twitter @oierfano.
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