Las Malvinas: Cameron es un necio por decidir el envío de tropas a 'Las Falklands'
Luego de las últimas noticias respecto al envío de tropas británicas a Las Islas Malvinas tras supuestas negociaciones de armas con Rusia, hay un par de cosas que deben decirse.
En primer lugar, el ejército argentino no está en condiciones de defender al país. Sus tropas han sido reorientadas desde sus fronteras para tratar los problemas vinculados con la seguridad interna debido a la falta de personal en el resto de las fuerzas.
La logística militar por agua, tierra y aire están en su peor estado en décadas: barcos se hunden mientras están amarrados en los puertos, los pilotos no vuelan por lo que no cuentan con suficiente experiencia, y además sus aviones se caen a pedazos como resultado de los recortes presupuestarios a lo largo de los años.
Un ejemplo sobre cómo el gobierno argentino "cuida" a sus fuerzas armadas puede verse reflejado en lo que ocurrió en julio de 2013 con el ARA Santísima Trinidad, un destructor y buque insignia de la Armada Argentina que participó en la Guerra de Malvinas en 1982.
El buque se hundió amarrado en Puerto Belgrano debido a la falta de mantenimiento básico.
La ridícula reacción del gobierno británico demuestra una profunda falta de entendimiento respecto a cómo se maneja la administración de la presidenta Cristina Fernádez de Kirchner.
Ahora le dieron la excusa perfecta para continuar con su retórica nacionalista; uno de los principales recursos utilizados por la jefa de estado.
Sin embargo, en realidad el primer ministro inglés David Cameron, usa exactamente la misma herramienta que el de su par argentino: tomar un tema polémico para distraer a la opinión pública de los problemas locales.
El historiador florentino Nicolás Maquiavelo definió esto en 'El Príncipe' como el "factor externo" que es utilizado para unificar al pueblo bajo un objetivo común.
Maquiavelo lo escribió hace 500 años, aunque su relevancia sigue vigente hasta el día de hoy.
En los últimos meses, varios episodios curiosos tuvieron lugar en las fuerzas de seguridad argentinas.
En 2011, 154 rifles de asalto tipo FAL desaparecieron repentinamente de un arsenal bajo el control del batallón 603. En respuesta, el ministro de Defensa Agustín Rossi pasó a retiro a Hugo Victor Meola, a cargo de los arsenales militares del ejército argentino.
En febrero, miles de municiones 9 y 34 mm fueron robadas del mismo lugar.
Un mes antes desapareció un misil anti-tanque de tipo TOW del Escuadrón de Caballería Blindado Uno en La Plata, provincia de Buenos Aires. Ninguno de estos casos han sido resueltos.
Durante el gobierno de Fernández de Kirchner, los militares fueron reorientados de su principal objetivo que consiste en defender al país de una amenaza exterior. En lugar de esto son utilizados para misiones humanitarias durante desastres naturales en el país y afuera.
Pero hay un propósito sobre el cual las fuerzas de seguridad han trabajado eficiente y sistemáticamente desde el nombramiento del teniente general César Santos del Corazón de Jesús Milani, como jefe del Ejército.
Bajo la conducción de Milani desde julio de 2013, y gracias a los millones que le fueron transferidos desde el gobierno de la comandante en jefe Fernández de Kirchner, se incrementaron las persecuciones contra políticos opositores, periodistas y activistas de derechos humanos, incluyendo madres de Plaza de Mayo, el grupo de mujeres cuyos hijos desaparecieron en la última dictadura militar.
El principal destino de estos fondos fue el sector de Inteligencia, el lugar de donde emergió Milani. Actualmente es investigado por supuestos crímenes de lesa humanidad durante el régimen militar entre 1976 y 1983.
Está claro que las fuerzas armadas argentinas están enfocadas en otros objetivos, y nadie puede tomarse en serio la suposición que sostiene que el país sudamericano estaría interesado en reconquistar las islas por entablar negociaciones con Rusia y China.
Incluso si lo quisiera, Argentina nunca se comprometería en un operativo militar por la indignante situación de sus fuerzas armadas y la baja popularidad del actual gobierno.
Durante años, el gobierno argentino utilizó la Guerra de Malvinas para fines políticos, al igual que lo hizo con los derechos humanos.
Lo mismo podría ocurrir ahora, aunque esta administración no es capaz de brindar seguridad a sus ciudadanos, víctimas de robos y violencia en las calles del país todos los días.
Hace unos años atrás, el actual jefe de Gabinete Aníbal Fernández mencionó que la inseguridad "es solo una sensación", una frase que quedará en la historia.
Un país que no puede resguardar a sus ciudadanos es un país que bajo ninguna circunstancia está en condiciones de salir a la guerra.
Esta semana se conmemoran 39 años del golpe de estado que instaló a la junta militar que desapareció a miles de personas. Esa época espantosa debería servir como una forma de recordar que la retórica nacionalista no tiene lugar en las sociedades modernas.
Negociaciones en lugar de jingoísmo, es la forma para salir adelante.
Damian Pachter es el periodista que reveló la noticia del muerte de Nisman. Aqui esta en Israel. Twitter @damianpachter.
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